Miradas


Estoy aquí
de nuevo,
perdido,
absorto en pensamientos
que me tienen acorralado
sentado apacible
entre los caminos del destino
esperando que un haz de luz
se cruce con mi mirada
Me he encontrado,
contemplativo.
Una hoja marchita de un árbol inerte
pasa por sobre mi largo cabello
que ondea con la brisa
El tiempo es eterno,
y la vida sin rumbo.

Entonces un abrigo de certidumbre
pasa por sobre mis oídos.
Creo escuchar a lo lejos,
la rauda presencia
de una epifanía difusa.
Apareces tú,
mujer de mis sueños
dibujada entre la línea
de mis pensamientos y el horizonte.
Yo no sé si has notado
que te miro desde lejos
o si has pensado
que mi mente es tu reflejo
pero por más que mi respiración
se vuelve difusa y jadeante
en el diluido devenir
tus ojos no me tocan
y en la ribera de los tiempos
nuestras miradas no se encuentran.

¡Pero con qué exactitud
me he memorizado tu figura!
Soy capaz de dibujarte
con los ojos cerrados
soy capaz de evocarte
en medio de la soledad
del universo infinito
en el silencio de los pájaros
cuando aún no han nacido.
Puedo recordarte
en las siluetas más oscuras
y escuchar el ronroneo de tus cabellos
en el viento entre las hojas de los árboles.
El parpadeo de tus ojos,
amada mujer,
lo he memorizado.
Es el mismo ritmo
del vaivén de las nubes
de la caída del agua
en las cascadas del mundo
y la caída de la arena
en un reloj eterno
Cuando mueves los labios
para humedecer tu boca
lo he memorizado
a mis metros de tí
es como cuando las rosas
abren sus pétalos con el sol
en las mañanas frías
de los solsticios de invierno
mi amada anhelante,
mi amada secreta
¡Cómo no te das cuenta
que te miro desde lejos!
Puedo verte desde acá
con los ojos cerrados
llevarás como siempre
tu cabello suelto
o con algún arreglo
que sólo yo notaré
la realidad dibujará
para mi tu rostro
con esas bellas líneas
que mi mente atesoran
abrirás tus labios
para percibir el aire
y tu piel blanca
se encrispará con el frío
tu blusa a medio abrochar
la acariciará
como una realización
de mis deseos prohibidos
Tu silueta de mujer
dibujará en la luz
pensamientos sublimes
para mi alma apaciguar
estaré deseoso
de poder verte una vez más
y caminaré despacio,
temeroso, hacia tí,
¡Cómo no te das cuenta,
amada mujer!
Que tus actos moldean
los pareceres del mundo
con tu mano, lentamente,
arreglas tu cabello,
y recuerdo perfectamente
cómo le he memorizado
la lluvia cuando cae
sobre mi barba incipiente
se mueve, a su vez,
con la misma templanza
no sabes cuánto deseo,
amada mujer,
poder decir adiós
a estas palabras secretas
y poder besarte
como lo hace ahora el viento
tan lentamente y
burlándose de mí.
Cómo deseo poder
decirte que me veas
que notes que estoy aquí,
a unos metros de tí.
Que me he dado cuenta
que tu eres el mundo
que te veo a cada segundo
pasar frente a mí
que te veo..
a cada segundo...
pasar...
frente a mí.

en el silencio del tiempo
en los murmullos de la gente
en el ruido de la lluvia
en las sonrisas de los niños
en el vuelo de las golondrinas
en la desesperación de mis días
en la perpetuidad de mis lamentos
en los rumbos de las nubes
en los pasillos donde camino
en mi vida entera
pasas tú al lado mío.

¡Amada mía!
Tu no sabes que existo
pero yo te conozco
Te conozco de memoria
sé tu forma de mirar
sé tu forma de caminar
sé tu forma de vestir
sé tu forma de respirar
sé como besas al viento
sé como mueves tu boca
cuando dices te quiero

Cada día, cada día
te observo desde lejos.
A veces tu mirada
confluye con la mía

nunca te das cuenta
que desde lejos
yo te amo.


Creado por David Rodríguez.
Propiedad Legal y Derechos Reservados. 

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