Recuerdos

Recuerdo que sonreíamos cuando se me caía una pestaña
Y soñolientos inventábamos un juego de adivinanzas
Adivinanzas que hoy se burlan de mis recuerdos
Perecederas del tiempo, que se parecen a ti.

Recuerdo que me memorizaba tus curvas abiertas,
La divina proporción de tus mejillas.
Y esas risas que se alargaban sobre mis lamentos,
De una guitarra bien tocada una mañana de domingo
Tú cantabas sonreída mirando hacia la ventana,
Mientras yo te interrumpía toqueteando tu cintura.
Ahora el silencio se parece menos a tus cariños
Y un devenir absorto me confunde en las nostalgias.
Yo sólo sé recordar,
Idiota,
Los días que ya no fueron.

Pero me apena, y me apena,
No haber sabido hacia dónde iba todo.
Me apena no entender hacía dónde se fueron los sueños,
Cenizas sobre cenizas, y recuerdos que se olvidan.
Idiota, idiota,
Todo duele como un lamento,
Siento una agonía que me impide respirar cuando me acuerdo,
Por los malditos días que no pueden volver atrás,
Siento pena por esos dos jóvenes que decidieron vivir juntos,
Conversaban sobre la vida, ordenaban los muebles,
Planeaban su futuro, cómo nombrar a sus hijos,
¡Cómo no sentir pena por esos dos pololos!
Que incautos no sabían lo que depararía el futuro
Y ahora sus recuerdos se ven como idiotas,
Me veo al espejo y recuerdo esas sonrisas inefables,
Esas mañanas interminables para ir al supermercado,
Esas conversaciones sobre la vida cuando aprendíamos del mundo,
Esos dos jóvenes que decidieron unir sus vidas
Sin saber que más tarde ellos mismos se traicionarían.

Recuerdo que despertábamos, y yo pronto de la cama salía
Recuerdo el calor de una cama mal hecha,
Un gato confundido que nos acompañaba en las piernas
Un sol de mañana que  las cortinas en vano impedían
Y un beso en la cocina que se transformaba en tormenta,
Y la tormenta que se iba a la cama humedeciéndolo todo,
Humedeciendo los recuerdos con unos orgasmos exhalados.

Y aquí mismo, en la aurora de un día que lo precede todo
Los recuerdos se tornan grises y de un sin sentido nulo,
Cuando temo hacia esos dos jóvenes el sueño que se les prohibió,
Esos planes, esa unión, que las nubes sólo entorpecieron
Esas fotos mostradas al mundo que hoy sonríen al vacío.

Me da pena, tanta pena, esas imágenes desteñidas
Que en los años anteriores se llenaban de elogios
Ahora son un estigma estoico de lo que el deseo destruyó,
Y que más tarde anhelan sobre una canción al llanto.

Recuerdo que nosotros éramos una unión,
Un mástil firme hacia un destino incierto,
Éramos el caminar de la mano sobre calles desconocidas,
Éramos el bello anochecer de un hogar llamado “casa”.
Éramos la compañía de una universidad difícil,
El apoyo en pareja de una sociedad hostil,
Éramos las sonrisas y los saludos de los problemas de otros,
Que en nuestra cama siempre había cabida para un abrazo.

Recuerdo, recuerdo,
Y sobre el presente no me lamento,
Porque a pesar del insensato final,
De todo el dolor asechado sobre el final de lo nuestro,
A pesar de las nubes sopesadas en lamentos de tragedias,
Estos recuerdos flotan en los mares del dolor,
Soportando el daño de tu ausencia, de la mía,
Del dolor que ambos nos propiciamos al final.

Son recuerdos que valen más que el despecho,
Valen más que la melancolía de lo que no fue,
De una mujer que amó y que ahora no existe,
Pero me quiso en el pasado
Que ahora,
Sólo es recuerdo. 

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