Luna llena en el Solsticio

El eje del mundo se atrasó este año, pero pocos nos dimos cuenta. Después de la fecha del calendario, la luna brilló en mi ventana justo cuando me encontró pensando. Entonces apagué la luz, y dejé que sólo la luna me alumbrara para poder conversar con ella.

Habían sido días difíciles, donde tuve que replantearme muchas cosas. No sé qué está pasando: cierto que estoy cada vez más cerca de algo pero no sé qué es. Ahora por fin puedo sentarme a pensar en lo que está pasando, pero no le encuentro el sentido. ¿Qué es lo que se supone que debo hacer?

Vivir, pienso yo. Pero qué es esa gran cosa que han llamado todos "vivir". Siento que todos lo hacen, pero mientras viven yo les hablo y no me escuchan. Claro que puedo reír con todos, trabajar, funcionar. Pero ya no puedo hablar sinceramente, lo que a mi en realidad me gustaría, porque tengo que adaptarme a lo que los demás quieren conversar. Mis temas a nadie le interesan.

Puedo llegar a tener amigos, colegas amigables, cenas familiares agradables, e incluso momentos inesperados de felicidad. Pero con nadie puedo ser yo mismo.

Sólo en el silencio, aquí, frente a la luna que no habla, puedo ser yo mismo. Porque ella no me está pidiendo que haga algo, o que la entienda. Ella sólo me recuerda que soy ella, y no este ser pensando a la sombra de la luna.

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