Kalistero

Te conozco, olvidada, Te he conocido siempre. Aléjate, Despistada, Y no te contengas Pues en la vida que se te va Se contiene, tu sonrisa. No te quedes, cabizbaja Presa del olvido Y recuerda tu sonrisa Aun cuando no tengas un espejo, Abre tus ojos al cielo Y llora con la lluvia. Siéntete viva, dentro de ti. No contengas tu corazón, Cerrada al egoísmo No se puede estrechar una mano Con un puño cerrado, No desvíes tu mirada Hacia un objeto inexistente Que en el nido del desdén Tú no me encontrarás. No te asustes, olvidada, Si te digo que te quiero Y corras por un pasillo Que sólo te encerrará, No vivas presa de la desconfianza Que nada busco: sólo encontrarte. No te pierdas, extraviada En una isla de egolatría, Donde tu corazón endurecido Sólo se posará en el silencio… En fin, Cariño. Mira hacia el cielo Y búscame tu rostro: Anhela tu ser tuyo Y encontrarás el mío. Creado por David Rodríguez....

Cambiando el paso de las nubes, el despreocupado caminante recorría las llanuras de las estepas. Y con qué asombro de deslumbramiento se torcía el camino, y serpenteaban las esquinas de las mesetas esquivas, mientras el anhelante soñador, descalzo, tiritaba bajo el frío de la mañana. Un recuerdo perturbador le aquejaba la alegría matutina. Los familiares que antaño abrazaban su espalda, al son con que las nubes se difuminaban, se perdían entre confusos devenires de memoria, se repetían en continuos dispersares, y el peso de los años le aquejaban los anteriormente nítidos recuerdos. Momentos irrepetibles, lugares descubiertos al paso de las etapas vividas, remembranzas de gozos perpetuados en almas que compartían sus vidas, cariños y amores que con rapidez se iban. Claro que existían instantes imborrables.   Hechos inconfundibles que atesoraba como un niño a un peluche, o lazos inquebrantables con personas que, por más que las nubes pasasen y pasasen, siempre quedarían perpetuad...

Se ha sentido, en la crispación del tiempo, Un clamor hacia un futuro incierto Ese día, el espacio amó al tiempo Sonrisa, las nubes, dibujaron al ocaso Cuando de especial manera, el sol brilló Y sólo unos pocos se dieron cuenta Elevaron un poco, los árboles sus copas Y la luz, atenuaba, con suaves caricias. Y fue por todo el mundo, Un día especial Y sólo unos pocos se dieron cuenta… Y por el mundo entero Cosas bellas ocurrieron. La lluvia bañó a las montañas Y acarició los cabellos áridos El calor, a las llanuras, un masaje, Y el viento a las personas abrazó, El mar, en playa, jugó con la arena, Y el planeta no giró: bailó… Las nubes corrieron a su paso Y con las gaviotas una carrera jugaron Un aire enrarecido, Entraba en los pulmones, Y los sonidos, claramente, …Eran música… Ese día, el mundo entero sonrió Y caían, las hojas, con desvelo Un poco más lentamente Para brillar en su caída. Ese día, ...

Desaparecen y se eclipsan Miradas en el horizonte En un reflejo de luz Se pierden, casi perdidas. Se mece en el cielo un clamor, Y llama con una voz dormida, Hacia finales que no terminan Hacia lugares que no se han conocido. Creado por David Rodríguez. Propiedad Legal y Derechos Reservados.

Para buscar entre los días que ya no se recuerdan Se necesitan millares y millares de sonrisas Y entre todas esas alegrías y pedazos de soles, Que van llamándose una vida entera, Despojamos la esencia de lo que llamamos existencia. Para buscar entre los días que ya no se recuerdan, Anclamos en memorias los momentos felices. Y aun cuando no recordamos, Eso que tanto anhelamos del ser amado, Podemos inventarnos uno, que siempre será nuestro. Y se dará la vuelta al mundo, Y miles de soles cruzarán el infinito, sin sentido, Cuando dentro de nuestra alma atesoremos, Los breves momentos que con ese ser estuvimos. Para buscar entre los días que ya no se recuerdan, Debemos olvidar los momentos que  se marchitan, Y recordarán con añoranza, cuando ya desaparezcan, A ese angustioso señor que los recordaba. Y entre día y día que abramos los ojos al alba, Nacerá una nueva sonrisa, y una nueva alma, Amarrados a unas caricias que siempre estarán latentes....

Desaparecerán y se eclipsarán Miradas en el horizonte Y en un reflejo de luz fugaz Se perderán, casi dormidas. Se mecerá en el cielo un clamor, Y llamará con una voz dormida Hacia finales que no terminan, Hacia lugares que no se han conocido. De pasar en pasar, El ciclo de los días se repetirá, Sobre nuestras esperanzas perecederas, Volverán a nacer sueños inalcanzables. ¡Allá! ¡Aquí! Ha cruzado una nube el cielo A un ritmo constante e imperceptible Y como las nubes tal Ondean los ciclos eternos De la vida y la muerte, Así los pensamientos cruzan el universo En busca de horizontes más lejanos En donde sus deseos descansar. Y se repite, De nebulosa en nebulosa De un hombre una vida Cabizbajo y pensativo, Que el pasar de las nubes recuerda Con un corazón anhelante. Y así como la nube avanza, Lentamente… La vida va tomando, constante, sentido. Premonición, Clara y transparente, Frente a los ojos se cruza. ¡Desapar...

Se dilatan mis memorias Como ondulaciones marinas Caen los cabellos fríos Como gotas de espeso sudor Mi rostro se dibuja, Latente, En las reverberaciones del tiempo Se afinan memorias de días… Que palpitan. Se tensa el tiempo Y las horas avanzan con fuerza, La expresión de templanza Se hunde con el pasar, Reverbera el tiempo Reverbera, el tiempo. Y las campanas suenan Se repiten, en el infinito. Se dilatan mis miradas Ancladas en días que pasaron, Un espejo me revela Los designios de los tiempos Y se detiene el aire El espejo me mira, Conozco los actos Que me han dado vida ¡No hay una amante, Espejo mío, corazón mío! Sólo yo, frente al espejo. Creado por David Rodríguez. Propiedad Legal y Derechos Reservados.

Estoy sentado de nuevo en el camino Ansioso de emprender nuevos viajes El aire está de otro color, Las cosas pasan; a su… manera. Sigo de pie, ahora en la mañana, Muchas tormentas, han caído en la espalda, Y junto con la culpa, de no Haber hecho lo suficiente Nace una tranquilidad, Casi eterna, De recordar lo vivido Y esbozar sonrisas tranquilas, Sabiendo que lo vivido y lo soñado Siempre ha sido, y será feliz. El corazón yace en calma, Dichoso de querer lo querido Y amar lo obtenido. Emprendo los caminos del destino, Deseoso, como siempre, de encontrarme. Estoy de pie, de nuevo, en el camino Dichoso de haber emprendido nuevos viajes El aire entra en mí, feliz, Las cosas pasan… A su… manera. Creado por David Rodríguez. Propiedad Legal y Derechos Reservados.  

Me enamoré de tus fotografías. Tú ya sabes, es lo único que puedo ver. Son miradas que no me esquivan, ni me odian, que no se detienen y que me esperan para cuando estoy preparado; miradas que no son de desprecio, y no me  preocupa que se puedan gastar en el momento. Me enamoré de todas esas sonrisas que, por más que las mire, no me ponen nervioso. Me enamoré de todos esos momentos en los que puedo programarme y proponerme que observaré tu rostro por horas, sabiendo que me observarás sin detenerte, sin pestañear, y tus sonrisas hacia mí serán eternas, imborrables, inquebrantables en el tiempo. Memorizo tus facciones, la forma de tus ojos y de tus labios, que me parecen perfectos. A veces cierro los ojos por unos segundos, frente a una fotografía tuya, y los abro nuevamente, para ver si has dejado de sonreírme. Contemplo por largas horas las diferentes versiones de tu rostro sonriente, tratando de encontrar algún defecto, algún detalle que no me guste, para poder redimirme y dej...

Entre una gota de rocío y una de sudor El olvido se dibuja lentamente Pero el tiempo cae,…sin prisa El  olvido, en abandonar el alma, tarda. La vida en ti, sigue como el sol, Y la tormenta ha pasado Yo bajo el árbol permanezco Y las gotas aún no caen. Viento entre los árboles, He visto que caminabas frente a mí Ilumina tu rostro el sol Sobre mi rostro, la sombra permanece La tormenta ha pasado Ramas que se enredan en recuerdos Mis manos se tañen en caricias A un árbol que no me siente. He visto que caminas frente a mí, Tu sonrisa junto al sol se refleja El tronco de un árbol que me cobija Es lo único que frente a tu mirada existe Un ave se posa en ramas humedecidas Y el calor de un amor, desaparece, Frente a este árbol, se emancipan Mis hojas sobre ti ya marchitas. La lluvia ya ha pasado… Tus ropas ya están secas, Has continuado con tus caminos Yo en los míos, sigo vivo, Pero en lo tuyos, ya no respiro Se dibuja pe...