Lo que Sucede cuando no Mentimos...


Decir las verdades lenta y claramente no siempre conduce a lo que uno esperaría. Las verdades del alma son lo que uno más sustenta, lo que más atesora, y es lo más valioso que podemos entregar a las personas que queremos. La verdad no discrimina, no difiere sus sentidos hacia las personas a las que nos enfrentemos. Si sientes algo, sólo debes decirlo, con todo tu corazón y con todas tus fuerzas, para que así puedas caminar con la frente en alto sin pensar que pasaste por la vida mostrando sólo una versión de ti, una imagen, un espejo. “Di tu verdad lenta y claramente” decía el Desiderata. La sinceridad es el don más valioso de las personas, pues en él podemos ver hacia dentro de sus espíritus, compartir los momentos y los deseos, y ser libres en este camino que llaman vida. La verdad. La verdad es que no siempre es bien recibida. Solemos ser acusados, juzgados, discriminados, odiados y a veces despreciados por decir la verdad. Pero NO debes nunca sentir vergüenza por lo dicho. Nunca te retractes de nada de lo que de tu corazón ha salido. Si bien es cierto que la verdad a veces no es bien recibida, también es cierto que tarde o temprano las personas se darán cuenta de que no mentías, de que les eras sincero(a), y que entregaste lo único que sinceramente podías entregar: tu espíritu. Lo que sucede cuando no mentimos…

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