La mujer es mi deseo


Las miradas de la mujer, son fugacidades frías
Que mi sed de destino, calman con serenidad
La mujer en el banco de mi vida se detiene
Besarla, para mí, y besarla, y besarla,
Es tener el infinito, en la palma de mi mano

La mujer es el ocaso, parado en la aurora
Esperando a mis sentidos su sonrisa posar
Es la eternidad congelada en actos de deseo
Perpetuados en recuerdos, que gozo en silencio.

La mujer para mí, recuerdos de niño,
Sonrisas pequeñas, en manos de amores,
La mujer para mí, se reposa en mis manos
Y silencia en mi alma, un corazón eterno

La mujer, yo deseo, y se une con mi ser,
En un mundo de divagaciones felices,
Recuerdo cabellos que atan mis actos,
Camino en el paso, que a su viento mueve

La mujer para mí, es despojo del fluir,
Sus labios deseo, y los tengo aquí,
Estrellas en oscuridad, siluetas en luz,
La amo, la amo, y la vuelvo a amar…

La mujer yo quiero, y la poseo a desquites,
La aprieto, estanco, y perpetuo para sí,
La mujer es mía, y soy yo de ella,
La vida es mía, y yo soy de la existencia,
La existencia doy, para mí y por ella.

La mujer, escarlata, es sueños que fueron,
Que serán en mis brazos calma a mi fuego,
Momentos de caos, llamas y fulguras,
La mujer es calor, es grito y suspiro,

Y yo lo contemplo, deseoso de arder,
La mujer es cariño, cantos a las curvas,
Es un cuerpo delicioso, y yo estoy en él,
La mujer es caminos, que mi alma a de recorrer,
La mujer es instinto, de querer a ella tener,
Es deseo, es anhelo, es capricho y es querer

La mujer es mía, y yo soy para ella,
Un esclavo servil, un castigador cruel,
Un verdugo déspota, un final eclipsado,
Un error bien calculado, un goce que fue.

La mujer es placer, y yo soy un adicto,
Una droga que no acaba, un dulce pequeño,
La mujer es mi escape a un inefable destino
Un perdón olvidado a un final sereno.

La mujer es para mí, un placer que nunca acaba
Una adicción irreverente, un castigo sin fin,
Un suicidio que gozo, un placer que mata,
Un desahogo eterno que yo quiero para mí.

La mujer es mía, para siempre lo será,
Siempre suya será la vida, una fugacidad,
La mujer es la vida que yo contemplaré
En los goces eternos que de su alma yo tendré.


Creado por David Rodríguez.
Propiedad Legal y Derechos Reservados.


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