Tiempo Blanco
"Canas de mis entrañas, cáncer de mi ser,
Tiempo que se ríe al verme llorar de viejo,
Arrugas de vino,
canción de cuna,
eres como un niño que pasa frente a mí.
Aire enrarecido que pasa por mis venas
Esperando un visto bueno del desarrollo infantil,
Pero,
Paso entre los mares de relojes con la vista gacha,
Aquí, despacio, el ruido diapasónico revienta en mis oídos,
Cantos de sirena golpeando las estatuas del césar,
Hollín,
ceniza,
termitas,
óxido,
primate convertido en bestias con corbata,
un grito, noche estrellada, una oreja, un loco,
un extranjero, un libro, un amigo que vende sus libros,
espanto de la vida, pero testigo
de los relojes derritiéndose al sol.
Catedrales hechas de cal, cayéndose a pedazos
Entre llantos de abuelas sin dientes,
¡Cómo lloran los niños que perdieron sus bicicletas en la guerra!!!
Ay del Cristiano que murió de pie,
Avispa de la moral, hormigas de los pecados que se venden,
Al mejor postor.
Tiempo, Sublime,
Hiciste crecer mis cartílagos más que mi cerebro,
Tiempo, asesino de la memoria,
Y un socrático preguntándome qué es vivir,
A los cincuenta años.
Tiempo, ¿qué es perder un amor,
Comparado con perder un olvido?
¡Tiempo! ¡Tiempo!
Dos hongos mortíferos cayendo sobre ojos no redondos,
Araña de nuestros seres, confesión hecha de papel,
Tiempo,
Ay de aquellos que resisten a tus consecuencias!
Tiempo,
Convertiste mis pecados en anécdotas de viejo,
Convertiste mis manos en llaveros de piel descompuesta,
Mi cabello de oro en plumas de paloma,
Mi piel de seda en neumático viejo,
Mis amores en tumbas,
Mi aspecto eréctil en una flor marchita,
Convertiste mi mundo en un libro de guerra.
Tiempo,
Leños rotos, camisas amarillas de vagabundo,
Humo entre la ciudad, gatos muertos.
Ancianas caminando bajo mis pies,
Con sus manos tiesas y arrugadas,
Hombres hechos de leña de higos marchitos,
Voces paupérrimas pidiendo un poco de atención,
Tumbas flotando entre mis sueños,
Me invitan a tomar un café.
Fotos de mi madre rasgadas en un pañuelo,
Ciudades asoladas por el Blitzkrieg,
Noches breves, misas de domingo,
Todo recuerda el final del libro.
¡La ciudad!
¡La ciudad del Paraíso!
La ciudad del paraíso está aquí:
Paredes manchadas de sangre,
Pirámides saqueadas, perros callejeros,
Aviones de guerra, cráneos partidos en dos,
Crujir de dientes, pulmones hechos de carbón.
La ciudad hecha de oro, del nuevo Edén, está aquí:
Inquebrantable, en el tiempo."
Propiedad Legal y Derechos Reservados.
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