Más Allá del Sentir

 Si acaso es posible que el espíritu se pueda manifestar en la mente, sin necesidad del esfuerzo individual, que lo que hace es alejar al espíritu más que acercarlo. El espíritu es lo que realmente observa, desde el no tiempo, mas la mente organiza lo que no puede percibir, armando el tiempo. 

 

Cómo me cuesta, ahora, ahondar en los sentimientos que deberían estar por ahí, dando vueltas, dentro de un sentir que debería ser individual. Pero el sentir personal ya se ha alejado tanto de mi percepción, que solamente es físico y circunstancial. ¿Dónde quedaron esos pensamientos en torno a lo que me pasaba a mí? ¿Lo que yo quería, lo que no quería? Cada vez tengo menos pensamientos que surjan desde mi propio desear, mientras cada vez más el tiempo parece estar llegando a sus propios horizontes. 


¿Dónde está la relación con los demás seres? Una vez que se observa la unión entre los seres, una vez que la verdad de la unión de todas las cosas aparece irrefutable a la comprensión de la mente, ¿cuál es el siguiente paso? ¿Qué significado real tienen las relaciones? ¿El otro, la comunicación?

 

¿Cómo se podría establecer una relación de afecto a escala humana, que involucre algo que los demás denominarían “normalidad”, al mismo tiempo que se trata de avanzar en una visión fractal, un poco más holística, en donde la percepción no se realiza desde un punto de vista específico? ¿Cómo se vuelve a relacionar con otra persona? ¿Cuál es el significado real de las relaciones? 

 

El sentir me es ajeno, en la medida que no se parece a los otros sentires. Cómo me cuesta ahondar en los sentimientos que, antes, estaban por doquier manifestándose en mi subjetividad. Ahora, existe un océano gigantesco en calma, en mi interior, que solamente se agita cuando otro ser, en su fundamento, se propone manifestar su sentir y comunicármelo. ¿Cómo se puede volver a bajar a esa dinámica, en donde se percibía el mundo desde “mi” punto de vista, y desde donde es posible sentir afecto y recibir afecto? ¿Acaso existe una forma de relación humana, que no sea derivada del deseo individual? ¿Existirá acaso un punto de retorno, en este camino? 

 

El sentir humano, se basa en las emociones. Éstas son producidas de acuerdo al estado o condición en que se encuentre el cuerpo, sumado a los pensamientos que el cerebro genere. Las emociones, entonces, son agentes reguladores que permiten coordinar las diferentes acciones de los seres humanos, de acuerdo a sus orientaciones y objetivos. Dicho en otras palabras, el humano se plantea objetivos temporales, generándose emociones positivas al acercarse a sus metas, mientras que si se aleja de ellas las emociones que se generan son negativas. 

 

El ser humano suele estar condenado a esta dinámica. Su mente funciona de manera temporal. No obstante, ¿qué sucede cuando la mente no está buscando algún objetivo en particular, cuando no quiere que las cosas sean diferentes, cuando no se diferencia de lo observado como un observador? ¿Qué sucede con las emociones humanas en ese momento? ¿Cuál es el estado de la mente en este caso? 

 

Existe un “sentir” que está por encima de las emociones. Una vez que se está libre de la dinámica de los objetivos, la mente ya no está ocupada en capturar o mantener una emoción determinada, por lo que no está ese gasto de energía. Y si no existe el movimiento de la mente pensando, tampoco existe el tiempo, que es generado por el movimiento del pensar. 

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