Por qué
Tal vez la soledad sea una canción no compartida
Anclada en mi memoria pero lejos de tu retina,
Tal vez yo no sé nada de amor y de tu compañía
Yo sólo sé de soledades
Y no sé nada de ti.
No pude ir a verte porque el semblante me delata
Quizás el miedo, la incertidumbre,
El peso del decir “te quiero”,
Como marchitos pesares que zozobran en la compañía
Me desvelo y te desvelo como hoja en calma de tormenta.
No nos unimos porque no siempre lo entiendo,
Amor incipiente, presa aparente,
Ya nada es como lo era en verdad.
Desconfío, desconfías, ambos reímos al viento
Pero risas blanquecinas que se esconden tras el ruido,
El ruido de tu tormento, de tu pasado y de tu tiempo
Que me persiguen como al cariño que tanto temo encontrar.
Tal vez debimos reunirnos,
Volver a retomar eso que quedó volando,
Pero la soledad es una más segura compañía,
Cálida en torno a sí, inequívoca de expresar.
Y cuando pienses en la soledad que me conforma
Piensa en un cometa que su estela ha sido olvidada
Yo soy como un enigma frío, que aún no revela su misterio
Que yace frío en la soledad de sus propios pensamientos,
Que no sabe mentir sobre lo que sus destinos le sugieren
Destinos inciertos, que con tus ojos parecen ir volviendo
A la calma de que nos queramos,
Tú y yo libres, como el viento…
Entiendo esta soledad, que a ambos nos comparte
Lo que no entiendo es por qué,
No puedo decirte que te quiero.
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