Facilidad
“Qué fácil es para ti cambiar de ambiente. Dormir en cualquier parte o mandarte a cambiar de aquí para allá”… Tantas veces que me han dicho esas frases que ya he comenzado a analizarlas. ¿Por qué debería ser difícil? ¿Qué acaso lo oculto tan bien? Desde luego que no es fácil. Me duele cada paso que doy cada vez que me aleja más y más de donde estaba. Duele adaptarse a un lugar y comprender las semejanzas entre un día y el otro, acostumbrarse al ritmo de vida de un lugar y aprender del día a día de tantas personas que se cruzan en mi camino. Camino un par de semanas por la misma calle y ya la anciana que barre la escalera de su casa siempre a la misma hora me saluda con una sonrisa. Observo la salida del sol en cada ciudad y siempre es distinta. Duele tener que alejarse de la gente que quiero en cada momento, duele tener que acostumbrarme a saludarlos a través de una pantalla y duele encariñar...