Arte poética
Permanece oculto el misterio del tiempo
Mientras mi corazón se anhela con el pasar,
Bajo la mirada confusa de un verano perdido
Paso a la muerte que en la vida se transforma.
Acojo los sueños con una mirada de niño
Y guardo, humilde, los secretos del mundo,
Allá, afuera, dentro de nuestros pensamientos
Me he unido con el alma del universo.
Me pierdo en mi sombra que me prepara para la nada
Y pienso que si para el mañana, el mundo preparado
está
Ya historias no quedan para poder decir al viento,
Que no reposen en la sencillez del infinito.
Confío que los dioses me preparen un mar en calma
En donde mis sueños anclados en deseos reposar,
Bajo una extraña delicadeza de misterio
El amor del cosmos: poder abrazar.
En laberinto de pensamientos se teje el tiempo
Encinto en realidades, lozanías y orgasmos,
Cuántas lágrimas por décadas derramadas
Sobre tumbas perdidas en océanos renombrados:
Acá en el mundo que se limita a sí mismo
Presencio un ocaso: pienso, luego existo,
Confío en el paso del destino al pensamiento
Y cruzo los cielos que el perdón me ha dado.
Ahora, renacidas, las palabras rotas
Se mecen con el viento que una vez las creó,
Yacen perdidas en nebulosas del olvido,
Y moldean para el futuro un camino de recuerdos.
Sólo espero que la aurora me depare buen puerto,
Palabras que resuenan como ecos en el infinito,
La nada se pierde en equilibrios perfectos
Y mi alma de niño se pierde en placeres…
Pero encuentro la baya, el ancla y la prosa,
Que une el pensamiento, lo bello y el cielo:
La redención que el vacío me depara al destino
Está entre mis manos: tiritando de espanto;
Esparcido en el universo se encuentra el misterio
Y espero que el destino me prepare para su entierro,
Que el amor con el futuro se encuentre en su lecho,
Mientras mis ojos, levantan la vista, serenos.
Hágase
la luz, el pensamiento, el universo,
Y
que exista la vida,
Amor…
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