Alma Etérea
Te lo confieso, destino, Mi alma no se quebrará. Sumiré los cambios entre llamas de fuego, Perpetuaré en mis brazos los pesos de tus juegos, Mis delirios de simpleza rozarán las nubes Y sonriendo a la oscuridad me teñiré de mármol. Te lo confieso, destino, Mi alma no se quebrará. Subiré a la montaña de mis recuerdos Y recibiré estoico el rayo de la incertidumbre. Aquí siempre de pie, desgarrado, Mi alma de metal no se romperá. Las cicatrices de mi tormento serán amarras de mi fuerza Que con firmeza tomaré en sangre cuando tema mi caminar; Rozaré la luz del ocaso con mis ojos fijos al mundo Y en soledad perpetuaré un espíritu indomable. No necesito unos ojos que se crucen con los míos, No necesito cariños que destiñan mis sonrisas, No necesito compartir amaneceres que se abandonen, Y se hundan en recuerdos que más tarde inventaré. No necesito ir de la mano por un camino que inventé, No necesito correr en círculos de besos imborrables, ...